CUENTO FOLKLORICO DEL CAÑAR
EL NIÑO DE LA LINEA FERRIA
Los trabajadores de la línea férrea, radicados en la Parroquia del Tambo tenían que trasladarse al sector de Gaballucshi, para realizar trabajos de reparación, por lo que salieron un grupo de siete personas. En dicho lugar tenían que acampar por unos quince días.
La primera semana se pasaron de maravilla pero la segunda semana los trabajadores consiguieron un poco de aguardiente, la que guardaron para festejar la culminación del trabajo. Un grupo no quería beber esa noche, por lo que se mantenían sanos, la mayoría se dedico a hacer de las suyas. Ya cerca de la madrugada la gente por el efecto del alcohol empezaron a pelear entre ellos. Estos disgustos terminaron en el momento en que se escucho un lloriqueo de un bebe por lo que algunos se bromaron, otros en cambio empezaron a sentir miedo. El lloro se iba intensificando por lo que el grupo decidió dirigirse al lugar de donde procedían aquellos gemidos extraños. Todos los siete cruzaron la línea y se introdujeron en el monte, pero cual fue su sorpresa al encontrar a un niño recién nacido, lo tomaron entre sus brazos y lo llevaron al campamento.
Uno de ellos tenía como fiambre un poco de habas tostadas y en tono burlesco le dijo al bebe: ¡te lo diera pero que vale que no tienes dientes! No se hizo esperar la contestación: “Yo también tengo muelas” , lanzándose sobre uno de ellos y heredándolo con su rabo. Todos atemorizados trataron de deshacer a su compañero y en cuestión de segundos desapareció. Esa noche no pegaron los ojos. Cuando amaneció cogieron maletas y se regresaron a sus hogares jurando nunca más volver por aquellos lugares.
(Versión narrado por la Señora. Celina Rosas)
Tomado del libro: La tradición oral manifestada en cuentos, leyendas y mitos del Cantón Cañar. De Enrique Guaraca Alvarado.